lunes, 29 de diciembre de 2014
Lo que no supo Red
Salimos a la calle;
Los domingos nublados no hay nada como pasear cerca del mar,
Respirar el vaivén de las olas,
Saborear el salitre en tu piel,
Y soñar
Con que cada una de las nubes sobre nuestras cabezas
Son recuerdos de un futuro juntos.
Sonríes,
Me besas,
y Yo...
Inhalo cada uno de tus suspiros
Pero no consigo marearme.
Me coges la mano y me juras que no importa,
Tómate un tiempo,
Me dices;
¿Un tiempo?
¿Pero bajo tu abrazo?
Saldrás corriendo,
Nadie se acerca tanto a mí sin salir herido.
Pero tú haces algo que cambia todo,
Rompiendo de un portazo mis dudas:
Te sientas en el suelo,
Me pides que te acompañe.
Miramos el horizonte
Y cómo las nubes van desapareciendo.
Nos vamos a casa;
Los domingos despejados no hay nada como volver,
Rendirse a cada mordisco en el labio,
Sentir el calor de tu mirada,
Y luchar
Por cada uno de los sueños
Que nos acercan a este lugar.
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Si, lo de la carrerita se puede sustituir por saludable paseo. Sobre todo si es cerca del mar
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