lunes, 29 de diciembre de 2014
73
Nunca he podido asegurar
Si era el humo,
El alcohol,
Tu sudor,
O mis dudas,
Lo que hacía que mi piel se pusiera de gallina;
Pero eras tú.
Nunca he querido saber
Si lo que me hacía sonreír
Eran tus tonterías
O los paseos,
Los abrazos mientras atardecía,
El olor a café recién hecho cuando despertaba;
Pero eras tú.
No sé, Red,
Esto es tan confuso que casi lamento haberme ido sin avisar,
Pero no es propio de mí ¿verdad?
Me refiero a no ser egoísta.
Eso es lo que tú piensas, claro.
Déjalo, no son lágrimas,
Es whisky.
Estoy harta de ser siempre la mala,
De luchar por no serlo,
De fingir que no me duele dolerte.
Pero todas las veces
Que quise destrozarme,
Eras tú.
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Pues deja el humo, el alcohol y de mirarte el ombliguete y te darás cuenta de todo lo que te estás perdiendo
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